Este mes he descubierto algo que quizá te sirva
A ver si consigues la honestidad suficiente
Todo se precipitó a partir de esta cita:
Una vida profunda es una buena vida.
No te agobies, no pienso hablarte de misticismo o movidas new age. Esta frase la leí en un libro de Cal Newport sobre productividad y distracción en nuestra era.
El sentido de la cita va más en esta dirección:
[…] en lugar de sacar una novela que puede circular durante mucho tiempo, habré escrito montones de correos electrónicos que recibirán unas pocas personas.
Newport insiste en la idea de que para hacer algo realmente relevante se necesita trabajar con profundidad. Es decir, abandonar las redes sociales y salir de la bandeja de emails.
Lo revelador para mí no fue esto (aunque ya he cerrado mis perfiles en Twitter y LinkedIn), lo que hizo que me revolviera vivo fue darme cuenta de que mi problema —además de no ser capaz de currar con profundidad— es que no siento con profundidad.
¿Cómo voy a sentir con profundidad si me paso la mayor parte del día resolviendo marrones? Estoy tantas horas frente a la pantalla del ordenador que cuando se supone que he acabado, me cuesta un mundo conectar con la vida real.
Una vida profunda es una buena vida.
¿Qué clase de vida estoy llevando yo si me instalo cómodamente en la superficie?
Mira, esto se parece a drogarse.
No tiene las implicaciones físicas ni los daños colaterales en la familia, pero estás en el mundo sin enterarte de casi nada.
Un día, de repente, pierdes a alguien a quien quieres mucho —puede ser tu perro como me ha pasado a mí— y te das cuenta de que no puedes esquivar la tristeza. De golpe te conviertes en un extraño ser sintiente que lo único que quiere es dejar de sentir otra vez.
Así que te metes en alguna de tus redes sociales o te pones a trabajar como un loco. Pero ya no te sirve porque, aunque sentir la tristeza y el vacío es bestia, darte cuenta de que no sientes nada es mucho peor.
Porque te recuerda a cuando te ponías fino de ketamina. O de alcohol.
Además, quizá dejes de sentir, pero no podrás evitar la ansiedad de ninguna de las maneras.
Así que mi descubrimiento no va tanto de saber que las distracciones son un maldito parásito para poder sentir con profundidad (creo que eso lo sabemos todos), sino de darme cuenta de que si no hago un ejercicio de observación super honesto conmigo mismo, si no me enfrento a mis miedos, si no tomo decisiones que me dan un vértigo horrible, no tendré una buena vida.
Una vida profunda —Y HONESTA— es una buena vida.
Espero que estés bien.
Un abrazo,
Oihan
PD: A veces para ser honesto con uno mismo antes hay que identificarse con otros. Aquí tienes algunos libros que te ayudarán a mirarte al espejo y cambiar lo que necesites.
Hablaría durante horas contigo sobre este tema. Pero no tenemos tiempo. 😅
No me gusta meterme en lo profunda que ha de ser la experiencia vital. De algún modo, creo que cada uno debemos escarbar hasta el punto en el que estemos cómodos en cada momento. No digo que la introspección sea mala per sé, pero hay que saber cuando mirar hacia dentro y cuando mirar hacia fuera.
Totalmente de acuerdo en la honestidad. A eso añadiría que se pueden tener momentos superficiales o profundos, pero sí que está bien saber en qué nivel se está y, en la medida de lo posible, que sea una decisión consciente.