De los adictos se dice que somos muy manipuladores y mentirosos. Que decimos lo que haga falta para conseguir lo que queremos.
La clave aquí es justo esa: ¿qué es lo único que quiere un adicto?
Quiere drogarse.
¿Seguro?
¿Quiere drogarse o necesita drogarse?
Si has leído alguno de nuestros libros sabrás que la adicción no es un vicio, sabrás que se produce una neuroadaptación capaz de instalar un único pensamiento en nuestro molondro.
Una única motivación, un único sentido vital: drogarnos.
El comportamiento de un adicto solo busca responder al impulso de un “cerebro neuroadaptado”.
Vale.
Ahora piensa en tus motivaciones (si no eres adicto, claro): ¿qué hace que te levantes por la mañana?, ¿por qué dedicas tu tiempo a trabajar?, ¿te gusta cuidar de ti mismo?, ¿quieres crecer en el trabajo?
Ponte que has contestado cosas como: “Me levanto por la mañana porque tengo un trabajo al que debo llegar puntual”, “me dedico a trabajar porque tengo que pagar facturas de la luz, del colegio de mis hijos, de la comida, del seguro del coche, del bono del transporte público...”, “me gusta cuidar de mí mismo y por eso voy al gimnasio, hago yoga, compro comida saludable, me dan un masaje una vez al mes, me escapo cada domingo al campo…”, “quiero crecer en el trabajo y por eso hago formaciones cada cierto tiempo, tengo mi propio coach, renuncio a formar una familia, pago a una persona para que cuide de mis padres…”.
Son motivaciones muy lícitas, todo el mundo las tiene. Son las actividades que llenan nuestra vida, que le dan un sentido y por las que muchas veces a lo largo del día manipulamos a nuestro interlocutor de manera inconsciente para poder hacerlas.
Te pongo algunos ejemplos con los que te sentirás identificado: te para la policía y no llegas a tu clase de yoga, la persona que cuida de tus padre se pone enferma y eso hace que debas faltar a una reunión clave en tu empresa, tu hijo se encuentra muy mal y el médico te hace esperar demasiado, tu pareja pierde el trabajo y necesitas trabajar más horas, quieres que tu compañera te cambie la guardia, etc.
Hay infinidad de circunstancias que hacen que mintamos para resolver una situación que nos impide hacer aquello que queremos o que debemos.
Ahora volvamos al principio: la única motivación del adicto en consumir.
Por eso siempre se dice que somos manipuladores y mentirosos porque mientras tú manipulas diariamente (aunque no te des cuenta) para conseguir determinadas cosas, nosotros manipulamos solo para una.
Y eso canta que no veas.
Un abrazo,
Oihan
PD: Si no sabes qué es eso de la neuroadaptación, empieza con un libro.
Casi siempre aprecio todo lo que escribes, hoy debo decir que me ha disgustado, me niego a creer que todo el mundo miente y manipula para conseguir sus propósitos. Si no existieran personas sinceras y honestas que enfrentan el día a día desde la verdad, el mundo no tendría esperanza.
Yo no le añadiría tanto dramatismo. Creo que simplemente se trata de hablar de esas pequeñas acciones de manipulación que no son del todo conscientes y que todos y todas ponemos en práctica todos los días: son actos de realizamos para obtener algo del otro, creo que es muy normal. Todo depende del grado, claro. El paralelismo me parece muy acertado porque abre camino para entender la conducta y las motivaciones de las personas adictas, para situarlas en un contexto más nominalizado y menos estigmatizado porque hay mucho desconocimiento social al respecto y todo ejercicio o postura diferente son de gran ayuda.