#36 Tu compulsión con la comida es igual que la mía con la cocaína

Las personas que sufren un trastorno por atracón experimentan cosas muy parecidas a las que vivía yo con la cocaína. La misma compulsión, los mismos remordimientos, la misma vergüenza y, por supuesto, la misma —o muy parecida— dificultad para superarlo.

Hoy me acompaña Marina Montaraz. Marina dice que desde pequeña tuvo un fuerte apego a los productos ultraprocesados.

Ella habla de adicción a este tipo de alimentos y cómo esta terminó por hacerse insostenible, convirtiéndose en el centro de su vida.

En la actualidad, Marina comparte su historia y aporta información como un intento más para lograr acabar con el estigma de las personas a las que les ha tocado vivir esta realidad.

Si necesitas ayuda, ponte en contacto con Marina en:

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Dicho esto, hoy es el último día del año. Algunos dirán “por fin”.

Yo no.

He tenido un buen año. Estoy donde siempre he querido estar. Aunque antes no lo supiera.

¿Cómo sabes que te gustan las fresas si no las has probado? Pues eso.

Yo a este año le pido seguir probando cosas. Con cautela y con audacia, si es que eso es posible.

Nunca he imaginado una vida estática, como nunca he esperado a que las cosas sucedan. Creo que si uno se limita a esperar, nunca prueba las fresas.

Aparte de que se convierte en alguien anodino y terriblemente aburrido.

El ser humano que me gusta está hecho para los riesgos, para atreverse, para ponerse en duda, para soltar los complejos y practicar la empatía. El que me gusta de verdad, es capaz de amar por encima de sus caprichos, de mostrarse vulnerable y pedir ayuda, de sacarte a bailar en mitad de la plaza del Castillo. Es aquel al que el miedo “al qué dirán” no paraliza, el que no vive de cara a la galería y se muestra tal cual es. Es el que perdona y vive con honestidad hacia sí mismo y hacia los demás. El que sostiene su miseria y no practica la crueldad. El que prefiere contarte qué le pasa, con miedo a perderte pero sin caretas. En definitiva, el que te quiere bien y en libertad.

Yo trabajo cada día para convertirme en ese ser humano.

Que el año que viene explores el mundo y, sobre todo, a ti mismo.

Un abrazo enorme,

Oihan

PD: El próximo domingo viene con pautas para adictos, familiares y para mí mismo.