Cómo llegué a Espejo Público con un reel hecho con ChatGPT
Y por qué creo que tú no podrías hacerlo
El martes pasado, Javier Quevedo, traductor de algunos de nuestros títulos, me pasó un vídeo de la señora Ayuso hablando de las cañitas. Imagino que, a estas alturas, tú también lo habrás visto.
Su actitud macarra no me sorprendió pero sí me dio una idea: usaría a la maquInA (InA es como llamo yo a ChatGPT) para hacer un experimento.
El resultado fue este reel.
Mis palabras —o, mejor dicho, las de la InA— se viralizaron rápidamente y me escribió un periodista de Espejo Público para entrar en antena a dar mi opinión (como si mi opinión tuviera algún tipo de relevancia).
Yo estaba viajando en ese momento a Madrid para asistir al Congreso de Patología Dual, así que tuve que conectarme desde el AVE:
Susanna Griso intentó llevarme al huerto con el clásico relato del pobre alcohólico que tiene que aguantar comentarios de ese tipo mientras batalla contra su enfermedad. Obviamente, yo no me dejé (no me va nada el papel de víctima). Pero sí aproveché para decir lo que pienso sobre la forma que tienen nuestros representantes públicos de hacer política.
Mi momento de gloria duró 1 o 2 minutos. Pero, a la hora, mi careto estaba en algunos medios digitales acompañado de titulares como este:
(Mi cara es de cualquier cosa menos de experto… parezco un gilipollas… Para una vez que me hago viral).
En fin, ya te he puesto en contexto, ahora voy a contarte cómo lo hice y por qué creo que tú no podías hacerlo igual.
Cómo lo hice
Leí la noticia que me acababa de enviar Javier, abrí la App de la maquInA (ChatGPT) y le dije que me escribiera el guion de un reel. Esto es lo que le pedí:
Relaciona la noticia de Ayuso y las cañas con la teoría de los marcos cognitivos y la perspectiva del lingüista y científico cognitivo George Lakoff. Incluye, además, algún dato sobre las muertes por alcohol. No des un mensaje moralista. Incorpora un ejemplo donde Trump utilice la misma estrategia discursiva y termina mencionando el papel de los expertos y de la ciencia.
La InA escribió el reel, yo revisé los datos para asegurarme que eran correctos, confirmé que el ejemplo que me ponía de Trump era cierto y modifiqué solo un par de expresiones para sentirme más cómodo al leerlo (claro que leo, memorizar —después de todas las drogas que he consumido— no es uno de mis fuertes).
Por qué creo que tú no podrías hacerlo igual
Hace tres años tuve que elaborar una estrategia para defenderme de los ataques que recibía en X (antigua Twitter). Los ataques eran simplemente por mi condición. ¿Qué condición? Tendrás que ver la charla de la posdata 2.
El truco no era contestar frontalmente a los ataques sino controlar el discurso de manera que, en vez de activar sus prejuicios con mis argumentos, activara la reflexión. ¿De verdad crees que sirven de algo los argumentos frente a determinadas posturas ideológicas?
Vale, ¿y cómo lo hice?
Me puse a estudiar la teoría de los marcos cognitivos y, cuando sentí que estaba preparado para defenderme, di una charla sobre el tema. A partir de ese momento, cada vez que me insultaban, simplemente enviaba el link a la charla (el mismo link que te he puesto en la posdata 2).
Los marcos cognitivos son una maldita trampa en la que todos caemos una y otra vez. Y la señora Ayuso sabe muy bien que, cuando habla de las cañas y de Madrid, activa el identitario.
Por eso creo que tú no lo habrías hecho igual, porque supongo que no te habrás visto en la tesitura de defenderte de nadie por el simple hecho de existir.
Algunas conclusiones que pueden servirte
ChatGPT es terriblemente mediocre, no lo uses para escribir. Los que llevamos meses formándonos, identificamos perfectamente sus vicios. Y no hay nada que genere más rechazo y desconfianza que descubrir que detrás de una empresa o marca solo está la maquInA.
Sin embargo, por otro lado, la misma maquInA es brillante para generar estructuras y ritmos que le gusten al algoritmo. Hablan el mismo idioma, ¡son dos malditos robots! El algoritmo cambia constantemente y tú puedes enseñarle a ChatGPT a estar al día y que se ajuste a tus necesidades a la hora de crear contenido viral.
¿Y realmente vale la pena crear contenido viral?
Pues mira, no lo tengo claro porque viralizar no es lo mismo que monetizar. Fíjate en los resultados que he obtenido de esta experiencia:
Instagram: + de 800 seguidores nuevos
Tik Tok: + de 1000 seguidores nuevos
Newsletter: + de 100 suscriptores nuevos
Venta de libros: 0
Ni una sola de las ventas que hemos hecho estos días ha venido del reel o de los medios de comunicación. No obstante, es posible que, de todos los nuevos seguidores, podamos rascar alguna venta a lo largo de los próximos meses.
¿Sale a cuenta?
Viendo el tiempo que me llevó hacer el reel (menos de 15 minutos en total), pues sí, claro que sale a cuenta. Por eso yo uso A la maquInA.
Si no hubiera leído y estudiado tanto a lo largo de estos años (ojo porque no lo he hecho porque sea un intelectual sino porque he necesitado comprender lo que me pasaba desde todos los puntos de vista posibles) ¿me saldría a cuenta? Estoy seguro de que no. Y aquí va mi consejo:
Lee, escucha podcast, adquiere conocimiento de distintas disciplinas (arte, ciencia, antropología, sociología… la que más te guste). Además de hacerte más empático en un mundo tan complejo, te permitirá usar las nuevas tecnologías y evitarás que ellas te usen a ti.
Y te pongo otro ejemplo: hace unas semanas un centro de desintoxicación tuvo la amabilidad de hacer algunas reseñas de nuestros libros. Sin embargo, cometieron el error de hacerlas con la maquInA. El resultado fue desastroso porque no reflejaba para nada el contenido de los libros.
Es decir, la maquInA puede robarte reputación, autoridad y clientes. Si no tienes tiempo para generar contenido bien hecho, no lo hagas.
La viralidad te hace sentir de puta madre porque te pasas unos días en los que la gente te hace mucho caso —yo necesito que me hagan caso por motivos obvios—, pero tengo claro que, cuando el objetivo es solo darme ese gusto superficial, no le dedico más de 15 minutos a ningún robot.
Un abrazo,
Oihan
PD1: Aquí puedes empezar a leer algunos de los libros que tanto me han aportado.
PD2: Aquí puedes ver la charla con la que aprendí sobre marcos cognitivos.
PD3: Aquí puedes informarte de los días en los que nuestros autores estarán firmando en la Feria del Libro de Madrid.
PD4: Y aquí tienes mi intervención en Espejo Público.
Yo tomo cañas de vez en cuando. Sería absurdo negarlo. Pero jamás se me ocurriría hacer apología de ello. A mí lo que más me chirría, lo que me parece más de paleta, es la inquina que pone cuando intenta relacionar otras drogas con la izquierda, como la marihuana, destilando odio, para después hacer apología directa del alcohol. Los que consumimos una droga, sea el alcohol u otra, lo primero que tenemos que hacer es reconocerlo. Iba a hablar del café, en algún momento se ha considerado como droga pero ahora por suerte para mí lo están subiendo a los altares.
Con todo lo que se hace viral de vez en cuando, se agradece que a veces salga alguna cara conocida, Ohian!
Sobre el resto del texto, creo que un uso quirúrgico de la IA, para facilitar algunos pasos del proceso creativo, es manifiestamente útil. Y si bien la viralidad puede dar un pequeño empujón en casos como estos, está claro que lo que compensa a la larga es la constancia, y en eso has demostrado ir sobrado.
Un abrazo!