Este es el error más grande que cometen muchos profesionales de las adicciones
Y yo también he cometido
Te voy a contar la historia de un amigo imaginario.
Él se llama Perico y acaba de decirme que tiene cáncer pero que no se va a someter a tratamiento. Al colgar el teléfono se lo he contado a mi amiga Trini.
—¿Ves el daño que hacen las malditas pseudoterapias? —me dice Trini.
Nos pasamos un rato hablando de cantamañanas como Odile Fernández, Miguel Bosé y Josep Pàmies, y de la pobre ignorancia de Perico.
Después nos olvidamos.
Al cabo de una semana vuelvo a hablar con Perico y le intento convencer de que se someta a tratamiento. Entonces me da más contexto: tiene otra enfermedad de base que le impide recibir la quimio.
¿Qué ha pasado ahí?
Pues que Trini y yo nos hemos puesto tibios de juzgar. Hemos hablado sin conocer las circunstancias reales de Perico. Hemos hablado sin tener la certeza de nada. Hemos sido osados, irrespetuosos y cafres. Hemos ofendido a Perico al haber asumido que era un ignorante.
¿Cuántas veces hago esto a lo largo del día?
Siempre pienso mucho en el tema del juicio, cada vez que alguien de mi entorno habla de otra persona, también cada vez que lo hago yo. ¿Qué autoridad moral tenemos sobre nadie? Me da igual que sea un profesional de la salud mental, una profesora o un cura.
Nadie sabe qué vive realmente el otro. No tenemos certezas ni siquiera desde la fe. Y, precisamente de la fe quiero hablar.
En este caso, de la fe que tienen algunos profesionales de las adicciones en los modelos de abordaje. La resistencia que hay a ponerse en duda, a romper con lo que creemos que sabemos. A escuchar de verdad a los pacientes, por muy adictos que sean. A escuchar de verdad a los familiares, por muy mal que estén.
Pero, sobre todo, la resistencia que hay a aprender de otros profesionales que llevan décadas estudiando qué es y qué no es la adicción.
Creo que en nuestro campo la verdadera enemiga no es la droga. De verdad que no. Para mí contra las que hay que luchar de verdad es contra la osadía y contra la ignorancia.
Por eso he querido publicar estos tres títulos, porque aportan una perspectiva nueva a lo que sabíamos hasta ahora.
Por supuesto que no hay que descartar todo lo aprendido y aplicado, pero creo que es urgente que salgamos del relato único.
Si te interesan, los tienes en pre-venta. Eso significa que ya puedes reservarlos y en cuanto salgan de la imprenta te los enviamos.
Genética, ambiente, aprendizaje e industria, las cuatro patas de la adicción.
Ya me contarás.
Un abrazo,
Oihan
PD1: Opinar —incluso afear— puede ser tentador, pero resulta bastante mezquino. Leer, sin embargo, nos hace más humildes y cautos.
PD2: Si has llegado hasta aquí a partir de este reel y quieres la historia completa, responde al email con un: QUIERO LA HISTORIA.